Conducir durante un largo trayecto es una actividad que demanda cierto esfuerzo físico y psíquico conllevando un desgaste de energía por lo que, en los conductores no se exige un aporte de energía adicional a la hora de conducir.
Debemos recordar que no hay que realizar comidas copiosas antes de conducir puesto que estas provocan somnolencia y podrá ocasionar mareos.
Los alimentos que ingiramos antes de manejar un volante influirán directamente en nuestra seguridad, por lo que, una alimentación incorrecta nos ocasionará fatiga, somnolencia, cansancio, pesadez de estómago y general, reducción de reflejos y déficit de atención, incrementando exponencialmente el riesgo a sufrir un accidente de tráfico.
Tras los almuerzos nuestra capacidad de atención y rendimiento al volante disminuye aproximadamente un 10%, según datos de la DGT, es por ello, que en las campañas de publicidad y ante periodos vacacionales, nos repitan constantemente que debemos tener cuidado con lo que ingerimos en nuestros almuerzos.
De la misma forma que debemos controlar la cantidad de ingesta de alimentos y si estos se tratan de platos hipercalóricos, debemos saber que hemos de evitar periodos largos de ayuno, por lo que, sabiendo que la distribución ideal de alimentos ingeridos es de 4 o 5 tomas al día, a la hora de emprender un viaje largo, deberíamos tener en cuenta este hecho.
Alimentos imprescindibles al volante
- Las frutas, las verduras y los pescados azules serán nuestros aliados.
- Las grasas que encontramos en las hamburguesas, sándwiches y bollería provocarán pesadez de estómago, hinchazón y somnolencia.
- Hay que beber agua, tomar café (en su correcta medida) y algún alimento con azúcar.
CEA te recuerda que todas las precauciones que se tomen previo a emprender un largo viaje, son pocas, ten en cuenta que vigilar nuestra alimentación antes de conducir también formará parte de la seguridad vial propia y ajena.